¿Me estoy lesionando?
INTRODUCCIÓN
Son muchas las quejas sobre dolores después del ejercicio físico, y en la mayoría de los casos, las personas asumen que estos dolores se deben a posibles lesiones. Este pensamiento las lleva a tomar antiinflamatorios para aliviar la sensación de dolor o, en otros casos, a dejar de hacer ejercicio por completo.
Sin embargo, ambas decisiones pueden ser un grave error, ya que el dolor post-ejercicio suele ser una respuesta natural del cuerpo a la actividad física y no necesariamente una señal de lesión.
¿Por qué me duele el cuerpo días después de hacer ejercicio?
Cuando hacemos ejercicio físico, estamos sometiendo a nuestro organismo (músculos, huesos, hormonas y sistema nervioso central) a un esfuerzo intenso. Sin embargo, este “sufrimiento” no es negativo ni perjudicial; al contrario, aunque pueda parecer que nos debilitamos o nos maltratamos, el cuerpo es tan increíble que utiliza este estímulo para fortalecerse y mejorar.
Durante el ejercicio, se genera microlesiones a nivel muscular, lo que activa una serie de respuestas en el cuerpo, incluyendo el proceso inflamatorio. Esta inflamación no es algo malo, sino una reacción natural del organismo para reparar los daños estructurales. Como resultado, se activan células SATÉLITE encargadas de aumentar la cantidad de núcleos en la fibra muscular, lo que mejora su capacidad de contracción, aumenta la síntesis de proteínas y favorece el crecimiento muscular.
¿QUÉ HACER?
Primero, debes saber que hacer ejercicio requiere dedicación, superar el dolor, desafiarse y aprender constantemente. Si no solías hacer ejercicio de forma regular o estás comenzando, es normal que al principio sientas más dolor, ya que estás transformando tu cuerpo. Ante cualquier cambio, siempre hay cierta resistencia, y en este caso, tu cuerpo estaba inactivo, sin ser exigido. Ahora que lo estás moviendo, los músculos que antes estaban “dormidos” comenzarán a activarse y adaptarse al nuevo esfuerzo.
Segundo, evita tomar medicamentos para aliviar el dolor si estás comenzando un programa de entrenamiento. Es necesario atravesar este proceso de adaptación, al que podríamos llamar “purgatorio”. ¿A qué me refiero? Lo explicaré de forma simple y rápida: si tomamos antiinflamatorios, estamos interfiriendo en la cadena de reacciones esenciales para la hipertrofia muscular y la ganancia de masa.
Estos medicamentos, aunque reducen el dolor, también interrumpen la estimulación de las células satélite, que son fundamentales para la recuperación y el crecimiento muscular. Al bloquear esta respuesta natural del cuerpo, limitamos los beneficios del entrenamiento y retrasamos nuestro progreso.
Consideraciones finales
Lo que quiero que entiendas es que hacer ejercicio duele, pero trae innumerables beneficios, tantos que no hacer ejercicio es un pecado… Mentira, pero sí es tan importante como lavarte los dientes, comer o dormir. Es decir, tiene que ser parte de tu vida, sí, TIENE que ser parte de ti día a día.
Por favor, no te automediques. Siempre consulta a un profesional de la salud capacitado y de confianza para que te oriente en todo momento en este proceso de entrenamiento y recuperación. Él te puede indicar qué métodos son más efectivos para recuperarte de una sesión de entrenamiento de forma que potencialicen tus resultados y no los retrasen.
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En Cultura al Movimiento no ofrecemos entrenamientos comunes; ofrecemos una experiencia transformadora.
Trabajamos el movimiento como un todo porque entendemos que el cuerpo funciona como un sistema integrado.
Al entrenar con nosotros, no solo vas a ganar fuerza, potencia, resistencia, estabilidad y movilidad; también estarás blindando tu salud y previniendo enfermedades que suelen derivarse del sedentarismo y el sobrepeso.